lunes, 5 de agosto de 2019

Quererte hasta la Muerte




Quererte hasta la Muerte


Elementos explícitos
Luna
Elementos implícitos
Amor por Luna.
No puede vivir sin el amor de este ser.
Luchar hasta alcanzar el objetivo propuesto.
  

Cuentan una vez que en un pueblo muy lejano vivía una familia muy acomodada en el ¨Rancho 3 Hermanas¨ que tenían 3 preciosas hijas donde una de ellas se llamaba Luna. 
Luna era una chica no muy común tenía una mirada tan tierna una belleza que impresionaba a cualquiera. Un día salió a la ciudad como de costumbre con sus hermanas a realizar unas compras que les había enviado su mamá.
Cuando llegaron al supermercado donde tenían que hacer las compras de repente llega un chico muy atractivo en la cual las chicas se quedaron deslumbradas al ver por primera vez en el pueblo al chico que tenía unos ojos color del cielo, alto, rubio. Pero a él quien le impresionó y sintió atracción fue por Luna.

Las hermanas de Luna se dieron cuenta que ambos se gustaron por su forma de mirar lo cual no pudieron disimular y comenzaron a molestarla a Luna, pero ella negaba lo que sentía a pesar que en su mirada se notaba lo que sentía por él. El chico no se aguantó las ganas de hablarle y se acercó donde ellas estaban.
-Hola como se llaman – dijo el chico.
-Una de ellas responde yo me llamo Pilar, y comenzó a dar el nombre de cada una de ellas.
-Él les pregunto dónde vivían porque es la primera vez que las vio en la ciudad.
-Luna – dijo a una media hora de la ciudad en el ¨Rancho 3 Hermanas¨.
Luego se despidieron porque se les hacía tarde pero el cruce de miradas era imparable, no podían disimular ambos en ese día se enamoraron.
-Hasta otra oportunidad – dijo Luna.
-Espero volvernos a ver pronto – respondió el chico.
Salieron de la ciudad en su carruaje dirigiéndose a su Rancho, pero en el camino de repente se encontraron a una persona que necesitaba de ayuda ya que había tenido un accidente y pararon el carruaje, ayudaron a la persona y luego continuaron con su camino.
Muy alegres iban conversando las chicas, pero Luna se encontraba muy pensativa iba un poco distraída porque no podía olvidar la mirada del chico que encontró en el mercado, las hermanas al darse cuenta que ella estaba como ida comenzaron a molestarla y le

Decían – uuuuuu ya te flecho el corazón. – Bueno la verdad que estaba bien guapo dijeron las hermanas de Luna.
Pasaron los días y el chico salió como quien hace compras para ver si encontraba a Luna, pero nada que la podía ver porque justo cuando ella salió a comprar o pasear a la ciudad no lo podía ver y así pasaron meses sin poderse ver y ambos tenían el deseo de encontrarse.

Pero llegó un gran día donde hubo la oportunidad de volverse encontrar, estaba Luna paseando por la ciudad y cuando vio de lejos nuevamente al chico que había flechado su corazón, realmente no sabía que hacer ella porque no quería dar a notar que le gustaba, cuando llego el chico donde ella, la saludo muy atento y contento porque se había cumplido su deseo él quería verla y poder conversar y poder conocer más de ella.
-Me da mucho gusto volverte encontrar – dijo el chico.
-De igual manera – responde Luna.
-Y como estas - preguntó Luna.
-Bien ahora mucho más porque tu presencia me pone mucho mejor – contestó el chico.
-Pero ¿cómo te llamas donde vives y a que te dedicas? – dijo Luna.
-Mi nombre es Juan, pero me puedes decir Juanito.
Pasó el tiempo tan rápido que tuvo la chica que regresar a su casa.
Los padres de Luna eran Carlos y Marina tenían un Rancho en un pueblito muy apartado de la ciudad ellos deseaban para que sus hijas puedan encontrar un hombre que las ame, respete ya que sus hijas eran su adoración.


Un día en la mañana salió a recoger frutas Luna y sus hermanas por el campo ya que tenían una gran variedad de frutas cada cual con su canasto porque tenían que llevar a la ciudad a vender.

Una vez que tenían recogidas las frutas se fueron a la ciudad a venderlas y ahí se enteran que va a ver una gran fiesta de gala en la ciudad. Nuevamente Luna se encuentra con Juan y la invita para que sea su pareja en aquella noche ella sin dudar – respondió que sí sería su pareja en la fiesta.


Ahora la elección del traje que iba usar en aquella noche Luna fue lo más complicado, porque ella quería en esa noche verse más hermosa de lo que era, hasta que se decidió y pudo encontrar un precioso traje, y llegó el gran día de la fiesta, llegaron las 3 hermanas muy guapas con trajes espectaculares que todos quedaron impresionados al verlas, pero sobre todo Luna que era la más bella. El chico que estaba locamente enamorado de esta preciosa chica no se aguantaba más y decidió declararle su amor.
Luna no supo que decir, pero en realidad ella también sentía lo mismo, pero no quería que él lo note, ella en ese día decidió no responderle nada, todo estuvo lindo en esa noche, ya era tarde de la noche se habían pasado de la hora que tenían que regresar y estaban muy asustadas porque se les paso la hora que sus padres les habían dado permiso, Juan las acompañó hasta cerca del rancho.
Juan estaba perdidamente enamorado de Luna cada día que pasaba él se enamoraba más y más, no sabía cómo verla hasta que se decidió y se fue cerca del rancho para ver si la



Encontraba y fue así ella andaba caminando por el campo recogiendo frutas ella estaba tan concentrada en lo que estaba haciendo que no se dio cuenta que Juan estaba cerca de ella cuando el decidió tomarla por sorpresa y la abrazo y le dio un beso donde Luna ya no pudo contenerse y les dio rienda suelta a sus sentimientos.
Y comenzaron a salir a escondidas porque ella tenía temor que los padres no lo acepten porque ya había tenido un chico y los padres no aceptaron por lo cual decidió mejor mantener en oculto sus amoríos con Juan, hasta más después y fue así paso un buen tiempo y decidieron hablar con los padres de Luna. Pero Luna no conocía de qué familia provenía él y le pregunto.
- ¿Cuáles son tus padres y en que parte de la ciudad vives?
-Respondió Juan mi padre es el presidente de la nación.
 Y aquel hombre era arrogante, altivo.

Fue en el mes de agosto cuando decidieron hablar con Carlos y Marina. Los padres de Luna aceptaron que Juan salga con su hija, pero siempre y cuando la respete. Tan grande era el amor de Juan que no le importaba que su padre no esté de acuerdo con la relación que mantenía el con Luna, el padre de Juan quería una chica que sea de la alta sociedad porque a él le interesaba solo la posición social y no más el amor que sentía el hijo, pero a Juan lo le importo y siguió con Luna.
A pesar de todo la relación de ellos se iba fortaleciendo al pasar el tiempo, hasta que llego el día en que Juan le propuso matrimonio a Luna en lo cual luna acepto. Pero Juan le dijo: me casare contigo sin que mis padres se enteren porque ellos quieren alejarme de ti. Así
Que empezaron con los preparativos de la boda, los padres y hermanas de Luna estaban muy felices. Llego el día de la boda y todo era felicidad, los padres de Luna como regalo de boda les dieron una cabaña, con una parcela de árboles para que él pudiera trabajar como leñador ya que los padres de Juan lo desheredaron por haberse casado con Luna. Después de casarse se fueron a vivir allí para la alegría de ellos, de la familia  de Luna  que tanto había ayudado en esa relación.
 Y vivieron allí durante todos los días de un invierno, un verano, una primavera y un otoño, disfrutando mucho de estar juntos. Cuando el día del primer aniversario se acercaba, Luna sintió que debía hacer algo para demostrarle a Juan  su profundo amor. Pensó hacerle un regalo que significara esto. Un hacha nueva relacionaría todo con el trabajo; un suéter  tejido tampoco la convencía, pues ya le había tejido suéter  en otras oportunidades; una comida no era suficiente agasajo…
Decidió ir  a la ciudad para ver qué podía encontrar allí y empezó a caminar por las calles. Sin embargo, por mucho que caminara no encontraba nada que fuera tan importante y que ella pudiera comprar con las monedas que, semanas antes, había ido guardando de los vueltos de las compras pensando que se acercaba la fecha del aniversario.
Al pasar por una joyería, la única de la ciudad, vio una hermosa cadena de oro expuesta en la vitrina. Entonces recordó que había un solo objeto material que él adoraba verdaderamente, que él consideraba valioso. Se trataba de un reloj de oro que su abuelo le había regalado antes de morir.
Desde chico, él guardaba ese reloj en un estuche de gamuza, que dejaba siempre al lado de su cama. Todas las noches abría la mesita de luz, sacaba del sobre de gamuza aquel reloj, lo lustraba, le daba un poquito de cuerda, se quedaba escuchándolo hasta que la cuerda se terminaba, lo volvía a lustrar, lo acariciaba un rato y lo guardaba nuevamente en el estuche.

Luna  pensó: "Que maravilloso regalo sería esta cadena de oro para aquel reloj." Entró a preguntar cuánto valía y, ante la respuesta, una angustia la tomó por sorpresa. Era mucho más dinero del que ella había imaginado, mucho más de lo que ella había podido juntar. Hubiera tenido que esperar tres aniversarios más para poder comprárselo. Pero ella no podía esperar tanto.

Salió de la ciudad  un poco triste, pensando qué hacer para conseguir el dinero necesario para esto. Entonces pensó en trabajar, pero no sabía cómo; y pensó y pensó, hasta que, al pasar por la única peluquería del pueblo, se encontró con un cartel que decía: "Se compra pelo natural". Y como ella tenía ese pelo rubio, que no se había cortado desde que tenía diez años, no tardó en entrar a preguntar.

El dinero que le ofrecían alcanzaba para comprar la cadena de oro y todavía sobraba para una caja donde guardar la cadena y el reloj. No dudó. Le dijo a la peluquera:

- Si dentro de tres días regreso para venderle mi pelo, ¿usted me lo compraría?

- Seguro – fue la respuesta.

- Entonces en tres días estaré aquí.

Regresó a la joyería, dejó reservada la cadena y volvió a su casa. No dijo nada.

El día del aniversario, ellos dos se abrazaron un poquito más fuerte que de costumbre. Luego, Juan se fue a trabajar y Luna  fue a la ciudad.

Se hizo cortar el pelo bien corto y, luego de tomar el dinero, se dirigió a la joyería. Compró allí la cadena de oro y la caja de madera. Cuando llegó a su casa, cocinó y esperó que se hiciera la tarde, momento en que él solía regresar.

A diferencia de otras veces, que iluminaba la casa cuando él llegaba, esta vez Luna  bajó las luces, puso sólo dos velas y se colocó un pañuelo en la cabeza. Porque Juan  también amaba su pelo y Luna  no quería que él se diera cuenta de que se lo había cortado. Ya habría tiempo después para explicárselo.


Él llegó. Se abrazaron muy fuerte y se dijeron lo mucho que se querían. Entonces, ella sacó de debajo de la mesa la caja de madera que contenía la cadena de oro para el reloj. Y él fue hasta el ropero y extrajo de allí una caja muy grande que le había traído mientras ella no estaba. La caja contenía dos enormes peineteros que él había comprado… vendiendo el reloj de oro del abuelo.
Juan al mirar a su amada con su cabello corto, se llevó una triste e inesperada sorpresa ya que su cabello largo era una de las cosas que el más apreciaba de ella, fue tal su desilusión, que quiso escapar tan rápidamente para recuperarse de aquella fuerte impresión, salió de la habitación sin dar ninguna explicación a su bella compañera que se quedó estupefacta al ver a su amado marchase de ahí.
Juan caminó mucho durante las frías calles de su pueblo, pensando y pensando que vendrá después, hasta que llegó a un bar al cual entró y pidió un vaso de licor 🍺 fuerte, que lo tomó sin vacilar, de pronto se le acercó una hermosa dama la cual le hizo conversa, él con su amabilidad que lo caracterizaba respondió a todas las preguntas de la dama y así culminó la noche.
La dama le pidió que lo acompañara hasta su casa, al llegar ahí; tres individuos de traje obscuro lo maniataron y lo llevaron muy lejos de la ciudad, llegaron a una cabaña, lo desataron en un cuarto aislado, entonces Juan logró escuchar la voz de los individuos junto a la dama que horas antes lo había acompañado durante toda la noche.
Ellos hablaban sobre su plan y de cómo harían para hacer llegar la nota sobre el secuestro de Juan para  su padre, que supuesta-mente era un hombre muy adinerado y podría pagar un jugoso rescate para salvar la vida de su hijo.
Juan por su parte pensaba más en su amada que en su propio bienestar. Pasaron muchos días para que el plan de los antisociales tuviera éxitos, pero no recibieron ninguna respuesta positiva que satisfaga los intereses de los malhechores.
Además el padre de Juan no quería saber nada acerca de pagar el rescate, mientras tanto el enamorado Juan sobrevivía más por amor que por el trato que recibía.

Mientras tanto Luna no sabía nada de Juan, algunas personas se le acercaban y le decían que él ya se había ido a otro país, otros le manifestaban que  a lo mejor estaba muerto, y otros le decían que se había ido con otra mujer, pero ella seguía con la esperanza de que algún día él apareciera y volverían a estar juntos, preguntaba por todos los lugares  y a muchas personas sobre el paradero de su amado Juan, pero ninguno le daba una respuesta esperanzadora.

Por otro lado, el padre de Juan seguía recibiendo notas de los secuestradores quienes cada vez bajaban el monto de sus pretensiones económicas para dejar libre a Juan, pero la tozudez de padre no cedía, seguía con la idea de no despojarse de  un solo centavo para que se pueda liberar a Juan.

Cierto día  Luna también recibió una nota de los secuestradores de Juan quienes le pedían que interceda con el padre, para que persuada al anciano y entregue la cantidad de dinero que ellos le solicitaban.


                  

            INTEGRANTES:
          Oswaldo Gabriel Alcívar Gutiérrez 
         María Michelt Ortiz Zavala
        Evelyn Yulissa Tandazo Castillo
        Dayana Betzaida Chilan Paredes